lunes, 11 de febrero de 2013

INTERVENCIÓN DE LA FAMILIA EN NIÑOS/AS CON DI



Según el manual que elabora la Junta de Andalucía cuando una familia escolariza a su hijo o hija con discapacidad intelectual en un centro educativo ordinario, experimentan situaciones estresantes que repercuten en el funcionamiento del sistema familiar:
  • Enfrentarse a la discrepancia entre su hijo o hija y el resto de sus compañeros y compañeras. El recuerdo de que su hijo o hija es “distinto” agudiza el desconcierto y el malestar. La respuesta emocional a ello puede ser la sobreprotección, entendiendo el hijo o hija puede resultar más vulnerable debido a las limitaciones. Esta sobreprotección hace que la relación padres-hijo o hija se convierta en una relación tan estrecha que el infante se ve alejado del resto de iguales, empobreciendo sus posibilidades de crecimiento y desarrollo personal e individual.
  • Apreciar que sus intereses no son los mismos que los de los otros padres o madres. Esta diferencia, puede llevar a la familia a sentirse “discapacitada”; a entender que la discapacidad es algo que repercute en el funcionamiento de todos los miembros de la familia, haciendo de ésta el eje central del funcionamiento del sistema.
  • En caso de que haya otros hermanos o hermanas en el mismo centro escolar, éstos pueden ser tratados por otros compañeros y compañeras como si ellos fuesen también diferentes. La respuesta emocional de los hermanos o hermanas del alumnado con discapacidad puede pasar por el rechazo y la negación (ocultamiento del parentesco) o por la parentalización y el exceso de protección (imposibilitando así la relación con otros niños o niñas, pues la mayor parte del tiempo lo pasan a solas con su hermano o hermana con dificultades).

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