martes, 12 de febrero de 2013

ASPECTOS DIFERENCIALES DEL DESARROLLO DE LA DISCAPACIDAD VISUAL


El desarrollo del niño ciego no es un desarrollo deficitario, sino, que es un desarrollo que evoluciona con algunas peculiaridades. Esas peculiaridades afectan de modo especial al desarrollo motor y al desarrollo cognitivo. El resto de las áreas no dependen tanto de la ceguera como de las experiencias que viva el niño. En el desarrollo motor, la posible aparición de dificultades depende de que el niño reciba una adecuada educación y entrenamiento, tanto a nivel psicomotor como en habilidades de orientación y movilidad. Esa educación debe adaptarse a sus necesidades, en este caso, a su carencia de visión y necesidad de usar otras vías sensoriales y mayor número de experiencias directas.

En el desarrollo cognitivo podemos encontrar cuatro etapas diferenciadas:

  1. Etapa sensoriomotriz: En los primeros 4 y 5 meses, se da una evolución parecida a la de un niño vidente normal. Hacia el quinto mes, comienza a producirse un retraso en la coordinación perceptivomanual y en la búsqueda de los objetos, sustituyendo la información visual y el espacio por información táctil y auditiva. El desarrollo de una correcta relación de apego, evita otras dificultades a este retraso sensomotor.
  2. Etapa preoperacional: En cuanto a las representaciones mentales y la función simbólica, puede existir un retraso progresivo en las funciones que dependen de esos factores, como la imitación o el juego simbólico. Cuando aparece el lenguaje, ese asume el papel de mediador del pensamiento simbólico y llega a compensarlas. El desarrollo lingüístico del niño ciego es similar al de los demás niños, con dificultades reducidas a cuestiones como la adquisición de los términos deícticos, como mí, tú, yo, este…
  3. Etapa operacional: Adquieren la capacidad de operar mentalmente, dependiendo menos de lo perceptivo y más de las representaciones mentales. El niño ciego presenta unos rasgos relevantes, como son, que el lenguaje ocupa un papel muy importante como motor del desarrollo, se acentúa el desfase entre el desarrollo verbal y el del pensamiento espacial figurativo. Al tener que prescindir de la visión, se construye a partir de las representaciones, como son las inactivas, es decir, la acción motriz sobre el entorno, y hápticas, que se basa en la combinación de sensaciones táctiles y de movimientos.
  4. Etapa del pensamiento formal: Está caracterizado por la capacidad para, pensar sobre lo que “es posible”, formular hipótesis y verificar las hipótesis más tarde en los hechos. Todos estos procesos son lingüísticos. Como consecuencia de la evolución, esta etapa tiene un desarrollo normal, no superior a la media, por la dependencia de este pensamiento respecto del lenguaje.

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